El CCRC trabaja con una amplia gama de proveedores de servicios de guardería que atienden las necesidades específicas de las familias, desde el idioma hasta el desarrollo, entre otras. Una cuidadora de niños del Valle de San Fernando dirige su programa en ruso y dice que quiere crear un entorno acogedor para las familias inmigrantes.
"Estamos creando un segundo hogar para los niños, proporcionándoles un entorno seguro para el aprendizaje y el desarrollo", afirma Alina Stolyarova.
En su guardería a domicilio de Northridge, Alina educa y cuida a niños pequeños. La visitamos mientras los niños participaban en una clase de baile.
"El baile y la música son la forma de abrir la creatividad de los niños", afirma.
Su deseo de dedicarse a este trabajo difícil pero gratificante le viene de su propia lucha por encontrar una guardería para su hijo hace unos seis años. Al no encontrar lo que buscaba, habló con una amiga que la animó a abrir su propio centro. Aunque tenía experiencia en educación, no estaba segura de tener los recursos necesarios para abrir su propio negocio.

"En algún momento, decidí que era una gran oportunidad para vincularme con mi hijo y como profesora y madre", dice. "Fue mi inspiración para conectar con otras mamás, otros padres".
A miles de kilómetros de su patria en Rusia, Alina trabaja para crear un sentimiento de comunidad para otras familias inmigrantes.
"El objetivo era crear una comunidad como un hogar donde los niños aprendieran las tradiciones y costumbres, la comida con la que yo me crié en Rusia", explica Alina.
Y este elemento cultural especial ha atraído incluso a familias de habla inglesa.
"Es muy agradable ver cuando vienen a mi guardería padres que no hablan ruso y les pregunto, por curiosidad, ¿por qué vienen conmigo? Dicen que les gusta el diseño, mi personalidad, y ven cómo soy con los niños. Dicen: "No nos importa aprender otro idioma, ¿por qué no van a hablar los niños otro idioma?".

Alina no conocía el CCRC cuando una familia que recibía ayuda económica para el cuidado de niños le pidió que se inscribiera. Así que llamó a la agencia e hizo la conexión.
"Me explicaron el proceso, cómo inscribir a los niños, cómo hacer los registros mensuales", dice, describiendo la facilidad de trabajar con CCRC.
Desde entonces, al menos ocho familias de CCRC han elegido a Little Bee, una asociación que no sólo es buena para su negocio, sino...
"Resultó que en realidad no es mi negocio, es mi familia", comparte.
Las familias pueden utilizar nuestra lista de control de claves para una atención infantil de calidad en nuestra página web para encontrar el proveedor que más le convenga.