El estrés de las fiestas puede ser agotador, pero ser consciente y establecer límites puede ayudar a prevenirlo.
Hay muchas razones por las que las fiestas pueden inducir al estrés; las finanzas se estiran a la hora de comprar regalos, los dolores de cabeza de los viajes y las discusiones con los miembros de la familia, por nombrar algunas.
Según la Clínica Mayo, el estrés agota sustancias químicas cerebrales como la serotonina y la dopamina, lo que puede provocar depresión y ansiedad. El estrés agudo puede deteriorar la memoria a corto plazo y libera cortisol en el organismo, lo que se conoce como respuesta de lucha o huida.
El personal de la división de Bienestar Familiar del CCRC compartió formas de reducir el estrés.
"Consistencia y previsibilidad: hay que mantener la rutina. No te saltes el desayuno, no te saltes la cena, no te saltes la comida. Haz todas las comidas, acuéstate a una hora razonable. Si haces ejercicio, hazlo. Y entra en cualquier rutina que hagas sin juzgarte. Puede que no hagas ejercicio a las 5 de la mañana, puede que lo hagas a las 7 de la tarde y no pasa nada, así que ser realista contigo mismo es otra cosa que te animo a hacer", dijo Rosario Williams, responsable de Bienestar Familiar del CCRC.
Y otro consejo útil es recordar que está bien tomarse tiempo para uno mismo. Dedícate tiempo a ti mismo para poder equilibrar tus obligaciones navideñas.
Quienes teman las discusiones políticas difíciles pueden establecer límites de antemano.
"Hacer saber a la gente que es un tema que no se discute durante las fiestas y que podría crear más conversaciones que no tienen por qué producirse durante ese tiempo", dijo Williams. "Así que ir sabiendo que puede haber diferencias de opiniones o sentimientos y dejarlo para después de las fiestas".
Para los niños, el cambio de rutina y la sobrecarga sensorial pueden causar problemas de comportamiento.
"En el grupo de 0 a 5 años, normalmente las rabietas que se producen, a veces dependiendo de cuándo hagamos la compra, pueden ser en el momento del día en que el niño tiene hambre o suele estar dormido. Esos son los momentos en los que no deberíamos hacer la compra porque nuestro hijo podría desencadenarse", dice Williams. "También animo a los padres a que lleven una bolsa con actividades para el niño: un libro, un objeto sensorial, auriculares o incluso tentempiés. Los tentempiés pueden ser útiles para ayudar al niño a autorregularse".
Y muchas personas sentirán el dolor de la pérdida de un familiar o amigo en la mesa. Williams dijo que es importante honrar a esa persona y ese sentimiento en nuestros corazones. Sugirió leer un poema en voz alta, mantener un espacio literal o figurativo abierto en la mesa para ellos, colocar fotos o compartir recuerdos.
"Muchos padres tienen miedo de llorar delante de sus hijos, no quieren provocarles, pero está bien que te vean llorar, deben verte llorar y debes llorar con ellos. Queremos modelar el equilibrio entre "sí, me duele y me provoca, pero puedo volver". Les ayuda a entender cómo autorregularse y corregularse", explica.
En última instancia, la clave para reducir el estrés en estas fiestas es permanecer atento. Si empiezan a aparecer síntomas de estrés, hay que afrontarlos y tomar medidas.
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