Desarrollo cognitivo en la primera infancia: Etapas y actividades clave
El desarrollo en la primera infancia es fundamental para las futuras capacidades físicas y cognitivas del niño. Las investigaciones demuestran que las primeras etapas del desarrollo de un niño influyen en los resultados de su educación y sus relaciones en su vida posterior. Una de las áreas más importantes del crecimiento temprano es el desarrollo cognitivo del niño. Las investigaciones de la Universidad de Minnesota demuestran que el 80% del desarrollo cerebral de un niño se produce en los primeros 1.000 días de vida, lo que hace que los tres primeros años de desarrollo sean extremadamente importantes. Este artículo destacará las diferentes etapas de desarrollo en cada edad, así como ofrecerá formas atractivas de apoyar el desarrollo de su hijo.
¿Qué es el desarrollo cognitivo?
El desarrollo cognitivo se refiere a los cambios en los procesos de pensamiento y memoria de una persona y cómo cambian con el tiempo. El desarrollo cognitivo comienza desde el nacimiento y continúa hasta la edad adulta, con hitos significativos a distintas edades. Cada etapa del desarrollo es diferente, pero incluye el procesamiento de la información, los recursos conceptuales, la habilidad perceptiva, el aprendizaje del lenguaje y otros aspectos del cerebro adulto desarrollado y de la psicología cognitiva. A medida que el niño crece, estos cambios en su cerebro le ayudan a desenvolverse con mayor independencia en el mundo.
Etapas del desarrollo cognitivo: De la infancia a la adolescencia
Hay varias etapas de desarrollo que se producen a lo largo de la vida de una persona. Como padre o cuidador, usted experimentará y apoyará estas primeras etapas a través de la interacción, el juego y la exposición a nuevas personas y entornos. Aunque en cada etapa se espera observar una evolución específica, no todos los niños se desarrollan de la misma manera. Tenga paciencia y comprenda que los niños aprenden a su manera. Si le preocupa el desarrollo cognitivo o físico de su hijo, consulte a su médico. También puede acceder a recursos a través del CCRC.
Etapa sensoriomotora (del nacimiento a los 2 años)
Los recién nacidos son asombrosos porque cada nuevo día trae consigo crecimiento y desarrollo. Desde el nacimiento hasta los 3 meses, es probable que veas cómo tu bebé empieza a mejorar sus habilidades motoras, reacciona a los ruidos fuertes y empieza a enfocar sus ojos en tu cara. El llanto frecuente es normal en los recién nacidos, que están procesando las muchas necesidades que tienen y el mundo que les rodea.
Entre el tercer y el sexto mes de vida, los bebés suelen empezar a mostrar cierta personalidad y pueden empezar a actuar de forma más social. Las habilidades motoras deberían mejorar en esta etapa y muchos bebés se vuelven más vocales. Aunque cada bebé se desarrolla a un ritmo diferente, debería sonreír más a menudo, balbucear y alcanzar objetos.
Los bebés que se acercan al primer año de vida se mueven más, se llevan constantemente objetos a la boca y sienten más curiosidad. Muchos bebés experimentan una mejor coordinación mano-ojo y lo ponen a prueba intentando romper objetos con las dos manos. También es posible que su bebé deje caer objetos de su trona sólo para ver cómo caen y hacen ruido al caer al suelo.
Tras celebrar el primer año de vida, los bebés se están convirtiendo en seres curiosos y aventureros que quieren explorar el mundo que les rodea. Eso significa nuevas experiencias e hitos, así como nuevos líos y retos para los padres. A esta edad se le suele llamar "niño pequeño". En esta etapa de la vida es cuando los niños pequeños tienden a empezar a comportarse más como las personas que ven a su alrededor, aprenden a utilizar y comprender palabras más reales e intentan caminar de forma independiente.
A medida que se acercan los 2 años, es la edad en la que muchos niños parecen dar grandes saltos en comunicación y habilidades motoras. Una combinación de curiosidad y confianza es la fuerza motriz de estos avances y muchos niños pequeños empiezan a utilizar frases cortas y a andar con más soltura a esta edad. Esta mayor independencia conlleva cambios de comportamiento y muchos niños empiezan a mostrarse desafiantes y a tener una actitud de "lo quiero a mi manera".
Etapa preoperacional (2 a 7 años)
En esta franja de edad suele producirse un gran desarrollo de la personalidad. Al principio de esta edad, los niños empiezan a participar en el juego dramático, o la fantasía improvisada de los niños en edad preescolar. A esta edad se producen dos tipos de pensamiento: imaginativo y realista. La doble experiencia de estos dos tipos de pensamiento es un ejemplo de lo que los investigadores llaman "metacognición", que es el acto de reflexionar sobre el propio pensamiento y supervisarlo. Esto puede ayudar a los niños a destacar en el aula, por lo que es importante fomentar este tipo de juego y aprendizaje.
Etapa operativa concreta (7 a 11 años)
A medida que los niños avanzan en la escuela primaria, van siendo capaces de representar ideas y acontecimientos de forma más flexible y lógica. Los niños pueden ahora resolver problemas de forma más sistemática que antes, lo que les ayuda a tener éxito en muchas tareas académicas. A esta edad pueden seguir instrucciones en orden y completar pasos sencillos. También son capaces de "descentrarse", lo que significa que pueden centrarse en más de una cosa a la vez.
Aunque pueden entender la lógica de forma más concreta, no suelen ser capaces de pensar sistemáticamente en representaciones de objetos o acontecimientos. Estas habilidades simbólicas más abstractas se desarrollan más adelante en la infancia.
Etapa operativa formal (a partir de 11 años)
En esta etapa, el niño es capaz de razonar no sólo sobre objetos y acontecimientos reales, sino también sobre ideas hipotéticas o abstractas. Aquí, un niño puede responder a una pregunta sobre el mundo del tipo "¿y si...? "¿Y si nunca hubiéramos desarrollado coches?". Este tipo de pensamiento requiere que el niño imagine una realidad alternativa y le aplique la lógica actual. Como los niños de esta etapa suelen ser capaces de pensar en hipótesis, no necesitan tantos apoyos para entender un concepto o pensar sobre él de forma crítica.
Actividades prácticas para potenciar el desarrollo cognitivo
Hay muchas actividades diferentes que los padres pueden hacer con sus hijos para favorecer el desarrollo cognitivo. Estas actividades pueden ayudar a proporcionar habilidades fundamentales para el éxito académico, así como a racionalizar el mundo que les rodea.
Del nacimiento a los 2 años
Los bebés y los niños pequeños aprenden a través de los sentidos: tacto, gusto, olfato y oído. Las actividades ricas en sentidos son la mejor forma de atraer a tu hijo. Pruebe a jugar al escondite para ayudarle a comprender la idea de la permanencia de los objetos, es decir, que el hecho de que no pueda ver algo o a alguien no significa que haya desaparecido. Prueba a explorar diferentes texturas ofreciéndole objetos suaves, sedosos, ásperos y rugosos para que los toque. Esto le ayudará a empezar a entender el contraste. Puesto que la mayoría de los fundamentos del lenguaje se desarrollan a esta edad, léele libros en voz alta y háblale utilizando un vocabulario amplio.
Para este grupo de edad, considere los kits de juego Milestones & More de CCRC, que están diseñados para apoyar el desarrollo de la primera infancia con juguetes, libros bilingües, artículos de seguridad y mucho más. Desarrollados por expertos en primera infancia, estos kits permiten a los padres y al bebé aprender y crecer juntos.
De 2 a 7 años
En esta etapa, los niños experimentan un pensamiento imaginativo y literal, por lo que hay que hacerles participar en juegos imaginativos. Utilice disfraces o muñecos y represente a los personajes de este mundo de fantasía. Aunque actúen como un personaje de ficción, están aplicando a la interacción pensamientos, sentimientos y acciones del mundo real. Lee libros en voz alta y anímales a leer partes contigo. Hágale preguntas sobre los personajes y sobre lo que cree que puede ocurrir a continuación en la historia. Los rompecabezas sencillos que requieren clasificar y emparejar también son una buena forma de poner a prueba su memoria y su capacidad de organización.
7 a 11 años
Al proponerles la lectura de narraciones más complejas, los niños pueden empezar a comprender cómo puede evolucionar un acontecimiento o un reto. Seleccione libros con temas más complejos y desenlaces inesperados. Pruebe a jugar a juegos que impliquen reglas y lógica, como juegos de mesa o experimentos científicos básicos. Esto desafía a su hijo a seguir pasos y pensar estratégicamente para ganar el juego.
A partir de 12 años
Fomente actividades que impliquen el pensamiento estratégico y la resolución de problemas, como la construcción de maquetas, los rompecabezas avanzados o la discusión de escenarios hipotéticos. Con una maqueta, por ejemplo, su hijo puede ver cómo debe ser el producto final y seguir instrucciones para completar los distintos pasos. Incluso puede optar por hacer modificaciones en el color para hacerlo suyo. Anime a su hijo a pensar por qué los pasos deben completarse en un orden concreto: ¿podemos seguir accediendo al chasis del coche si ponemos el parachoques ahora?
Involucre a sus hijos en discusiones hipotéticas para inspirarles un pensamiento profundo. Provóqueles con preguntas como "¿Cómo crees que sería el mundo si tuviéramos viajes espaciales comerciales?".
El papel de padres y educadores
Los cuidadores y educadores pueden apoyar eficazmente el desarrollo cognitivo en distintas etapas. Es importante crear un entorno estimulante para los niños que les ofrezca comodidad para aprender y crecer, a la vez que les suponga un reto. Esto incluye no sólo los soportes físicos de rompecabezas, juegos, libros y juguetes interactivos, sino también la interacción con el niño. Hágales preguntas y anímeles a hacer preguntas que inspiren conversaciones. Participa en juegos imaginativos para animar a tu hijo a pensar de forma creativa e imaginar diferentes escenarios. Cuanto más incluya el lenguaje, mayor será el nivel de compromiso cognitivo. Esto incluye leer juntos en voz alta, contar cuentos, hablar de las actividades diarias e interactuar con los demás. Es importante ser constante y responder a las necesidades y preguntas del niño a medida que se desarrolla. Haga clic aquí para obtener más información sobre las referencias de guarderías de CCRC que pueden ajustarse a las necesidades de desarrollo de su hijo.
Reconocer y tratar los retrasos en el desarrollo cognitivo
Los niños aprenden y se desarrollan a su ritmo y a su manera. Pero a veces experimentan retrasos que pueden preocupar a padres y cuidadores. Si cree que su hijo no está alcanzando hitos importantes señalados aquí y por su médico, vuelva a consultar a su profesional sanitario para hablar de una evaluación del desarrollo y de posibles formas de abordar los retrasos. Si un niño experimenta retrasos en su desarrollo emocional y social, considere la posibilidad de hablar con un psicólogo infantil.
Conclusión
El desarrollo cognitivo es esencial para el éxito y el bienestar futuros del niño. Los primeros meses y años de la vida de un niño son cruciales y los padres y cuidadores pueden desempeñar un papel clave en el apoyo a este desarrollo. Conociendo los hitos comunes y las formas de apoyar ese crecimiento mediante el juego y la interacción, los padres y cuidadores pueden garantizar que el desarrollo de su hijo se estimule de forma que le permita crecer y sobresalir. Si cree que su hijo sufre retrasos, la intervención temprana es clave. Póngase en contacto con su pediatra para obtener más orientación.